Una y tres sillas, considerada una de las primeras obras conceptuales concebidas por el artista, bajo un criterio que él mismo calificó de antiformalismo y en sentido repetitivo, abordados juntos una reflexión desde tres perspectivas diferentes: con su objeto (la silla propia), representación (una imagen de esta misma) y dos elementos lingüísticos (su nombre y su descripción sobre lo que es una silla).
Por tanto, este artista llama la atención sobre un triple código: códigos visuales y verbales.